28/5/14



De ir hacia el origen, no más, mientras los caballos azules estén trazando la línea, lo que después tendrás que reconocer, inevitable, en los nombres de las siluetas que bailan sobre la línea. Con tus piernas casi dormidas casi borrachas esquivarás tus muecas, tal vez sea posible, tal vez empieces por respirar hondo, llevando hasta la garganta las bocanadas de la noche, lo que tenías que hacer;

 y en tus vueltas en este mundo tuyo de colores y de fiebre, y en todos tus ecos, ahí, tus fuegos encendieron otra cosa;

ya temprano habías leído tu deseo como pulsión de la historia, y también, porque a veces pasa, que la quietud de las cosas ata tus nociones y tus rutas y el origen anterior a la voz; ya temprano habías notado las desventajas del misterio, tan cotidiano, tan de la vida y la muerte;

¿lograrás que los pies bajo las piernas casi dormidas casi borrachas decidan la próxima figura, o mejor, la brusquedad en el barro?

y no habrá entonces

ni ciudades ni luces ni dientes ni velocidad ni autos ni lluvia ni vasos ni cosas ni cansancio que valga, nada habrá que interrumpa, ni siquiera tendrás que elegir entre el arte y la nada, no, tus caballos azules que trazan la línea ocuparán los espacios desnudos de vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario