Recordaré más
allá de tus dedos, quizá también signifique atravesarlos. De algún modo estaré
fijando la atención a mi despertar, con todo lo que cuesta el infinitivo o la
realidad
imperturbadoesperando
voy hasta el
agua un poco frenético y otro poco desorientado, voy hasta el río que lava sus piedras.
Pienso cuántas cosas perderé si no sujeto mi memoria antes de que el agua me alcance
Con un punto
de partida, deseando que el misterio aclare (como si lo pudiese hacer solo)
todos los dolores concentran una unidad de no escape, un entrar rotundos y cansados
y gastados a nuestras frustraciones. Muchas veces lo peor viene después de
soñar; es un poco preguntarnos quiénes somos. Y así transpiramos cigarrillos y
tragamos sonidos y luces y no dormimos, y mientras, peor, nos acordamos de que
hay que salir a vivir.
Sería un
escándalo que podamos afirmar –no tengo destino, mi ruta no existe-.
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