Qué vas a hacer cuando encuentres que tus manos
responden a otra cabeza y que la ruta esquiva tu paso, qué pensarán tus gestos
sobre los colores. El círculo gobierna el invierno y parece impenetrable, y
mientras la noche esconde una corrida de novela muerta, de sangre acumulada, vos
debatís la realidad del círculo en tus propios pasos. Sí, tus pies enredan
barro en el día y el tiempo es eso; está ahí, es el círculo. Y de alguna manera
querrás cerrar los ojos, pero no. Ni el oro ni las ruinas te harán olvidar;
andarás por los costados por los suburbios por los poros por tu calle por tu
siempre y habrá desamor y costumbres, imágenes que separan la poesía del
encuentro.
Dirás que esto no es para vos y sin embargo, ya habías
cruzado los dedos desde el principio
repetís la sensación; esta vez habrá árboles creciendo
bruscamente y un ruido largo de tren que lastima. El tren viene, y qué
acompañará la soledad, ese fondo del día en la próxima escala hacia el dolor.
Dirás que el espejo no te respeta
y será verdad.
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